martes, 22 de noviembre de 2011

LA VOCACION DE MARIA (ficha de meditacion)

“Así como Dios llamó mares (“mária”) a la reunión de las aguas, así también a la reunión de las gracias la llamó María” (Pedro Celense). Heredera de las promesas del AT, como hija elegida de Israel, María constituye el prototipo de la nueva criatura (LG, 56). Su vocación nos es contada por Lucas, quien investigó todo desde el comienzo, en el conocido relato de la Anunciación (Lc 1,26-38).

Vocación de Jesucristo
Aunque Jesús evoca constantemente la misión que ha recibido del Padre, en ninguna parte se dice que Dios lo haya llamado. Y esta ausencia es significativa. La vocación supone un cambio de exis-tencia; el llamamiento de Dios sorprende a un hombre en su tarea habitual, en medio de los suyos, y lo orienta hacia un punto cuyo secreto se reserva Dios, hacia el país que yo te indicaré (Gen 22,1). Nada indica, pues, en Jesucristo la toma de conciencia de un llamamiento. Su bautismo es, a la vez, una escena de investidura regia -Tú eres mi Hijo (Mc 1,11)- y la presentación por Dios del Siervo de Yahvé (Is 42,1) en quien se complace perfectamente.